Las ventajas del libro

Las ventajas de los libros impresos aseguran su continuidad, hasta tanto no se invente una tecnología que permita igualar o mejorar las características del soporte-libro.

Los avances en los dispositivos lectores de libros digitales tienen su incentivo más por el nuevo mercado que se abre que por su utilidad práctica real[1]. Si bien la lectura en soportes digitales permite otra interactividad con el texto, no veo el entusiasmo por soportes que dependen de cables, o en el mejor de los casos de baterías. Ni hablemos del brillo de la pantalla y su fragilidad material.

Porque el libro es eso, es el mensaje completo a la mano, como una pintura, un mural, una señal de humo. En la lectura digital observamos una pantalla, efímero conjunto de píxeles que no se acerca en nada a la experiencia, la interacción de todos nuestros sentidos en la lectura y manipulación del objeto-libro.

El libro comparte algunas características del ser humano, su materialidad contempla marcas, hojas dobladas, subrayados, anotaciones al margen, recuerdo de lugares donde se eligió leer, posturas diferentes, es decir leer un libro implica una situación de lectura que humaniza este acto solitario.

Sin duda la inmaterialidad del texto digital es una barrera caro a una costumbre milenaria de manipulación del objeto-libro. La lectura la hemos aprendido manipulando materiales que personalizamos; desde las letras del alfabeto que podíamos colorear hasta esos libros entrañables que guardamos con sus marcas en nuestra biblioteca personal.

Cabe preguntarnos entonces si lo que cambiará es el soporte, o cambiará nuestra forma de relacionarnos con las palabras; el leer desde pequeños letras “palpables” a leer sombras en una pantalla, hay una abismal diferencia.

El futuro tal vez nos depare un cambio en nuestra construcción de los significados, una construcción en donde no nos afecte tanto la fugacidad del bit, sino prime la interactividad y la creatividad en rlación con el texto. Tal vez sea nuestra forma de leer la que cambie, nuestra forma de abordar una lectura, la forma en que interrogamos lo que leemos.


http://www.ecuaderno.com/2006/06/12/libros-de-papel-y-libros-digitales/

La muerte del libro y Twitter

El libro como objeto, está lejos de quedar obsoleto. Es un refugio en donde se pueden “palpar” las palabras, establecer un vínculo con el texto, con el mensaje. En cambio las pantallas electrónicas dependen de muchos recursos que la hacen débil ante las circunstancias más pueriles de la vida cotidiana como un simple corte de luz.

Hipólito escolar nos recuerda que las tablillas de arcilla se usaron durante 3.000 años y sobrevivieron al paso del tiempo por mucho más; la robustez y usabilidad son fundamentales. Por lo que viéndolo en perspectiva, estamos demasiado ansiosos por reemplazar el libro por el lector de e-books y, otros se niegan al cambio de soporte.

Sabemos de la ventaja del almacenamiento digital, pero también sabemos lo frágil de su preservación. Se depende de múltiples copias de un ítem para asegurar su preservación, pero nada asegura como el papel su usabilidad a la hora de leer.

Bueno, ni uno ni lo otro. La sociedad de la información nos conduce hacia un uso de la escritura distinto del que conocemos. Los intermediarios entre nosotros y las demás personas en esta sociedad, cada vez más estará dada por la mediación de la omnipresente Internet. La red de redes intercambia información a través de la textualidad básicamente, incluso la cultura de lo audio-visual atizado desde sitios como YouTube, o redes sociales como Facebook, han quedado eclipsadas por un medio de comunicación absolutamente original, totalmente adaptable, sencillo y que representa un medio eficaz y efectivo para comunicarse; que hace del culto del texto su motor de creatividad y que no reemplaza nada sino que hace de la mediación sólida y efectiva su característica fundacional: Twitter.

Esta aplicación utiliza 140 caracteres tan sólo, para crear una plataforma de comunicación desde la que se puede llegar a la información y a las personas de nuestro interés, podemos hacer conocer alguna información tan sólo escribiendo unos caracteres. El crecimiento sostenido y la adopción llamativa de este medio por los políticos, son un indicio de las potencialidades del texto en pequeñas dosis, pero inteligentemente usado.